Gesto Arquitectónico


De idea a realidad
El gesto arquitectónico intenta crear una transición entre una idea y la concretización de la misma. Las ideas se rigen a base de la creatividad de quien las esté generando, pero ¿de qué valen las ideas si cuando surgen, no se considera llevarlas a la realidad y cómo sería esto posible? Entonces precisamente esto es lo que trata de realizar el arquitecto: a base de esa idea, diseñar algo de tal manera que se pueda conceptualizar para luego ser construido. Ese diseño conceptualizado, luego es enviado a otros entes quienes se encargan de la construcción real de esa idea.  De este modo, la idea quedará presente en el mundo y se hará mucho más entendible a sus espectadores.
Parte del propósito de un arquitecto es permitir al humano habitar dentro de ciertos espacios. Éste se encarga de diseñarlos dentro de una concepción existente, basada en la ornamentación, para tratar de agradar a quienes lo habitarán. A partir de este diseño y ese estilo que guste a la sociedad, se crea cierta identidad como cultura y posesión del espacio.  Además, como explica Rafael Moneo, se intenta atar las ideas a un plano material para ser ejecutadas, y de este modo poderse apreciar su verdadero valor.
Luego de esas ideas ser transmitidas a un plano material, para poder ser fabricadas, deben pasar por una serie de entes que, a base de ciertas reglas, establecerán si es posible la construcción de la misma. Aquí entran los ingenieros, quienes se encargan de asegurarse lo que se esté planificando crear cumpla con ciertos códigos de construcción fundamentales para la misma. Entonces, éstos también se encargan de, si algo no puede ser exactamente como se plantea en el diseño, buscar opciones alternas para que se pueda generar.  El ingeniero Peter Rice lo explica en “An Engineer Imagines” estableciendo que los ingenieros se encargan de inventar- inventar métodos y mecanismos para que las cosas funcionen.
Ciertamente, para que una idea se entienda, es mucho más conveniente que ésta se concretice. Entonces, esa idea que intenta provocar o transmitir una emoción, debe ser tomada delicadamente y traducida a un plano donde sea más comprensible, y el concepto quede claramente establecido; lo que podría considerarse el gesto arquitectónico. Es ese momento crucial entre una idea, que puede tener diversas interpretaciones, a ser plasmado como un concepto definido en un plano, para luego ser ejecutado.  Luego de ese proceso, entonces la construcción, en manos de otros entres que quizás nunca pudieron comprender a cabalidad la idea, es mucho más viable.



Referencias
Rafael Moneo. Inmovilidad substancial.
Peter Rice. The Role of the Engineer.

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