Estilos innovadores
Al comparar un rascacielos
rectilíneo con soportes de hierro y cubierto en vidrio, con una enorme
catedral, con geometría poco convencional y cientos de adornos en su fachada,
se puede decir que uno (la catedral) es mucho más único que el otro que podría
parecer uno de miles similares alrededor del mundo. Sin embargo, cuando se
habla de un rascacielos en específico como alguno del arquitecto Mies van der
Rohe, no solo suele verse más particular que los otros, sino que también hay
que considerar que fue uno de los primeros rascacielos de este tipo. Por otro
lado sin duda alguna, una catedral como La Sagrada Familia, del arquitecto
Antoni Gaudí, es única: no hay nada parecido que haya sido construido antes ni
después. A pesar de ambas obras tener estilos completamente diferentes, sus
arquitectos crearon estilos propios innovadores en su época, proyectándolos en
estas obras maestras.
Por un lado tenemos a Mies, quien
trataba de alejarse un poco de las formas y materiales convencionales como lo
eran los techos de dos aguas, los edificios ornamentados y construidos con
ladrillos. Trataba de abstraer la arquitectura a su esencia, a una
ortogonalidad casi perfecta, dejando así que los materiales brillaran,
convirtiéndolos en el foco de interés de la obra, casi como si ellos fungieran,
a se vez, como “ornamento”. Comenzó a utilizar materiales como el hierro (en
columnas), en vez de hormigón para darle soporte a las estructuras, permitiendo
espacios más libres o abiertos. Además, creó espacios interiores minimalistas,
que actualmente, más de 50 años después, permanecen de moda.
Por otro lado, alrededor de la
misma época, tenemos a Gaudí quien también se alejaba de lo cotidiano, pero de
una manera completamente diferente. Sus diseños, inspirados mayormente en la
naturaleza, tenían una geometría bastante compleja y asimétrica. Utilizaba
mucho las curvas y parábolas en sus diseños; además, utilizaba materiales como
piedra, hierro, vidrio y azulejos rotos. Todo tiene un ornamento, sin embargo
no se ve sobrepuesto, sino integrado con el resto de la obra. Sin duda alguna,
sus obras son unas de las más únicas existentes, pero esto crea dos tipos de
opinión al respecto: hay quienes las admiran y les agradan, mientras hay otros
que las encuentran sobrecargadas y grotescas.
Aparte de gustos y preferencias,
es importante destacar a estos dos arquitectos por su legado en la
arquitectura. Uno, a pesar de a que a veces pasa por desapercibido, fue la
mente ingeniosa detrás de lo que hoy se ve “en cada esquina”: edificios y
estructuras de hierro y vidrio, geometría rectilínea, minimalismo… Otro, que
ciertamente resalta y sigue siendo diferente, incluso hoy día. Ambos, con
estilos muy diferentes, aunque inquietudes un poco similares, en lo que se
trata de romper con lo cotidiano, pueden ser considerados genios de la
arquitectura con estilos innovadores.
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