La historia se repite
El surgimiento de nuevos
movimiento o tendencias filosóficas y artísticas suele suceder debido al
deseo de romper o cambiar lo cotidiano y
existente. El renacimiento no es una excepción a esta tendencia. La
arquitectura renacentista rompe con el estilo gótico de la Edad Media. Sin
embargo, a diferencia de otros que pretenden lograr algo completamente nuevo, éste
basa sus fundamentos en ideas ya existentes, las de la época Clásica.
Durante la Edad Media, los
arquitectos estaban encargados mayormente de diseñar iglesias majestuosas y de
grandes alturas, con el afán de conseguir la más cercana al cielo. Surgieron
elementos estructurales como el arco apuntado y la bóveda, al igual que el uso
de vitrales que ocuparan grandes superficies, dejando entrar la luz al interior
de las catedrales. Sin embargo, algunas de estas invenciones resultaron ser imprácticas, pues con el tiempo la gravedad
iba afectando la estructura de forma tal, que si no se enmendaba, colapsaría.
Una vez transcendida la Edad
Media, la arquitectura también cambia, surgiendo el movimiento Renacentista. Éste
busca imitar la sencillez y perfección de los griegos en la Época Clásica. A
diferencia de lo gótico que solo se enfocaba en tratar de lograr ser lo más
sublime y celeste, la arquitectura renacentista logra su grandeza plasmando en
las edificaciones un análisis y teorización de diseño y construcción muy
completo. Muchos consideran que la
arquitectura llegó a su máximo esplendor durante este periodo, pues se
produjeron múltiples innovaciones; además abrió paso la consideración social de
los arquitectos como artistas, pues cada uno tenía su propia interpretación y
estilo que plasmaba en su diseño y lo hacía distinguirse de los demás.
Cuando algo no funciona, lo más
propio es cambiarlo o enmendarlo para que nuevamente pueda funcionar. Pues en
la arquitectura ocurrió una situación paralela a lo planteado. La arquitectura
gótica, por más majestuosa e innovadora que podía aparentar, realmente por
dentro estaba llena de fallos estructurales. Entonces llegó el momento de
cambiar la tendencia gótica y acudir a nuevos fundamentos que permitieran una
arquitectura, no solo estéticamente agradable, pero también estructuralmente
eficiente. Y en este caso recurrieron a lo que ya se conocía funcionaba de
ambas formas- lo clásico. Utilizando los fundamentos de este estilo como base e
inspiración, se logró crear un nuevo estilo digno de ser reconocido.
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